PARA NOSOTROS

Es fácil escribir sobre el dolor.

Frente al dolor todos somos individuos grises.
El dolor nos aúna, nos hermana con otros que sufren igual que nosotros. Es como una tabla rasa que no deja que nadie sobresalga en penurias, ni en sufrimiento. Todos iguales y uniformes.

El propio dolor es como una cadena que te une con el que sufre igual que tú. Te vuelves comprensivo y eres comprendido. Te vuelves compasivo y recibes compasión.

¡Ah! ¡El dolor! ¡El sufrimiento! Mira, tanto buscar e indagar en la idiosincrasia humana y en las filosofías religiosas y resulta que ése es el rasero de la igualdad.

Y, ¿qué decir de la felicidad? Es egoista. Nos importa poco el dolor y el sufrimiento de los otros. Pensamos: "Yo ya he sufrido bastante", o bien "Cuando me toque sufrir, ya lo haré".
Somos falsamente comprensivos o excesivamente distantes, cuando no sufrimos.

Con la felicidad y el bienestar somos brillantes, ruidosos y despreocupados. Vivimos aislados, en otro mundo, completamente ajenos al dolor.


Y tú que estás ahí, ¿sientes acaso, una ternura súbita por lo que sufren?
¿Y por los que son felices?

Piensa. Analiza. El mundo da vueltas, y tu vida gira también.


TERNURA SUBITA - IV

No hay comentarios:

Publicar un comentario